¿Qué puedes hacer para asegurar tu rendimiento en tu tiempo de transición y mantener tu bienestar emocional?

¿Qué puedes hacer para asegurar tu rendimiento en tu tiempo de transición y mantener tu bienestar emocional?

Atender tus necesidades emocionales como persona, es clave para mantener niveles óptimos de bienestar, si has perdido tu trabajo.

¿Qué te puede ayudar en este proceso de transición profesional?

Empoderarte

Una forma de empoderarte es cultivar tu autonomía y liderazgo. Me refiero a tu sentimiento sobre tu capacidad de influir en lo que pasa en tu vida. Al entrar en un periodo entre trabajos, entras en el terreno de la incertidumbre y puedes sentir falta de control. Tu día a día ha cambiado, y con el cambia tu estado interno. Por ello, tomar el liderazgo del proceso, y establecer objetivos semanales e incluso diarios es trascendental.

Te recomiendo escribir esos objetivos, e imaginarte habiendo alcanzado tu meta profesional. Tienes que ponérselo fácil a tu mente. Una vez tienes tus meta clara y has planificado como llegar a ella, establecer tu agenda y ejecutarla, va a contribuir a tu sentimiento de autonomía y a recuperar la sensación de control.

Al poner a trabajar a tu cerebro con objetivos concretos, te va resultar más fácil incorporar nuevos hábitos y potenciar un diálogo interno que te empodere.

Sin objetivos y sin trabajar en ellos, pierdes autonomía. Sentir que tienes capacidad de influir en lo que te sucede, te empuja a superarte día a día.

Ejercitar tu capacidad de desapego

Desapégate de tu anterior trabajo y el rol profesional que allí desempeñaste. Esto te ayuda a separar al profesional de la persona. Cuando una persona lleva mucho tiempo trabajando en el mismo sitio, pueden llegar a confundirse.

El rol profesional es una extensión de tu persona, y no al revés.

Observar lo que piensas

Relacionado con lo anterior, y tu estado de ánimo, están tus pensamientos. Tus  pensamientos difícilmente se pueden separar de tu estado emocional, y al final de las decisiones que tomas,  y las acciones que pones en marcha.

Tu cerebro está diseñado para ponerse en lo peor, es un mecanismo de supervivencia. Acostúmbrate a poner el foco en lo positivo o por lo menos, darte cuenta cuando sólo detecta peligros o está en modo “rechazo o negativo”.

También puedes observar tu estilo explicativo de las cosas que te suceden. ¿Estás dando una explicación transitoria? Es decir entiendes que es un hecho puntual y con una duración determinada en tu vida. ¿Estás dando una explicación específica? Es decir no haces generalizaciones sobre lo que estás viviendo a otros ámbitos de tu vida.

Si tu estilo explicativo es transitorio y específico, estás practicando un estilo optimista; por lo que te repondrás más rápidamente y tu rendimiento en tu estrategia de búsqueda de trabajo será mayor.

¿Por dónde empezar? Tienes más de 60.000 pensamientos al día, empieza a observarlos.

Intentar hacer cosas nuevas

Tu mente siempre busca atajos, hace asociaciones, intenta detectar patrones; y en este proceso, hace predicciones. Lo que te puede llevar a deducir de forma precipitada y tomar decisiones erróneas.

Por ello, cultivar una mente de principiante, hará que evites atajos, despertará tu curiosidad y te facilitará encontrar nuevas oportunidades.

Promover conexiones afectivas

Es el momento de dar uso a tu red. Apóyate en quienes te quieren y promueve vínculos que te den bienestar. Siéntete acompañado.

Valorarte

¿Cuánto te gustas? ¿Y ahora sin tu trabajo? Tu confianza y capacidad para perseverar en la búsqueda de un nuevo trabajo; dependen en gran medida de la valoración que haces de ti mism@, de tu autoestima.

Chequea estos puntos para asegurar tu bienestar. Cuidar de ti, es una de las cosas que ahora está en tu mano, y te va a acercar al trabajo que buscas.

Muchas gracias por leerme, ¡Hasta pronto! 😉

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