No cambian las cosas, cambiamos nosotros

Como individuos, tendemos a trepar hacia nuestros niveles de incompetencia.

El Tratado sobre la incompetencia de Laurence J. Peter y Raymond Hull

Crecer significa cuestionarse, hacerse preguntas, marcarse objetivos. No hay crecimiento profesional sin crecimiento personal, y no hay crecimiento personal si uno no se cuestiona a si mismo.

Cuestionarnos es básico para desarrollarnos personal y profesionalmente.

Pregúntate que ganarás si cambias y que te estás perdiendo si no lo haces. La clave está en hacerse la pregunta correcta.

 ¿Qué te puede ayudar en el proceso de cambio?

1. Minimiza los obstáculos: Pueden ser personas que se interpongan en tu camino al cambio, puede ser el contexto, tus propios hábitos, pensamientos… Detéctalos, obsérvalos y se inflexible con ellos.

2. Genera experiencia de éxito: Favorece pequeños triunfos. Esto se consigue estableciendo metas retadoras y alcanzables a corto y medio plazo. Y cuando las alcances, celebra tus logros por pequeños que te parezcan.

3. Trabaja tu visión del cambio: Sueña con ella, intenta llevarla a todas las áreas de tu vida, y recuérdala siempre que puedas. Incorpora tu proyecto a tu disco duro, y entrena pensamientos que favorezcan tu visión.

4. Prepárate para las subidas más escarpadas, porqué llegarán: El proceso de cambio es como la escalada, se avanza y se retrocede. La ascensión a la cumbre nunca es una recta. En el proceso de cambio se experimentan retrocesos y dudas, hasta que se integran los cambios. Te tentará abandonar y necesitarás parar para poder seguir.

5. Confía en tu capacidad siempre: Lo que tu creas de ti marcará la diferencia. Cree en ti primero, créete que te lo crees, y deja que los demás lo crean.

6. Sistematiza el proceso de cambio: Focaliza en los comportamientos que quieres desarrollar y mídete. Pide ayuda si es necesario, pide feedback siempre que puedas y se flexible para incorporar cambios.

7. Rodéate de aquellos que comparten tu visión: Mantén cerca a quien cree en ti y mantén a raya a quien no. ¿Para qué hacernos el camino más difícil?

Gracias por leerme.