Cómo generar hábitos saludables para los profesionales más exigentes
Prevenir el estrés y fomentar el bienestar son guías que deberíamos incorporar a nuestra vida en todos los ámbitos. Al final resulta difícil separar nuestros roles; lo profesional de lo personal, lo académico de la vida personal. Nuestros buenos y malos hábitos se transfieren de un terreno a otro. Por ello es importante implementar hábitos de auto cuidado y marcar líneas fronterizas que nos alerten de un alto nivel de fatiga mental o física.
¿Por qué te estresas?
En el día a día se gestionan situaciones en las que manejas un alto nivel de incertidumbre. La necesidad de control, ante el cuestionamiento de tu capacidad ante una situación; o ante tu exigencia sobre tus resultados, pueden llevarte a vivir situaciones de tu día a día con cierto malestar.
Por otro lado, ¿cuánta energía dedicas a tu agenda laboral y personal? ¿Eres de las personas que agotan los huecos o te dejas huecos libres para ti y para imprevistos?
Cuando además del nivel de control acostumbras a agotar toda tu energía, no tendrás reservas para afrontar situaciones inesperadas que demanden un nivel de energía extra.
¿Te obsesiona aprovechar el tiempo?
Si estás obsesionado/a en aprovechar siempre el tiempo al máximo; esto tiene un nombre: Cronopatía, y responde a la creencia de que debes aprovechar tu tiempo al máximo.
A veces, de manera inconsciente afianzamos “creencias” que son destructivas para uno mismo/a. Tu sistema de creencias es como tu manual de estilo o dogmas de vida inoculados desde la infancia o juventud, y reafirmados en la edad adulta.
Por ejemplo, pensar que una buena profesional o un buen padre tienen que saberlo todo, llegar a todo, o ser “perfectos”, es una creencia. Pregúntate de dónde viene la necesidad de llegar a todo o aprovechar al máximo tu tiempo. Desmantelar esa creencia autodestructiva y aprender a desprenderte de la expectativa que tienes de ti mismo/a; es el mejor regalo que puedes hacerte, si piensas que vives con disconfort o estrés por esta razón.
¿Cuáles son las líneas rojas de tu bienestar?
- No descansas bien y/o te cuesta dormir
- Tu mente tiene vida propia
- Te cuesta concentrarte
- Te duele la cabeza con más intensidad o más frecuencia
- Se te olvida lo que vas a decir o lo que ibas a hacer
- Te fatigas más de lo habitual cuando te mueves o haces ejercicio
- Estás más irascible y baja tu nivel de tolerancia ante las situaciones
- Tienes más pensamientos negativos
- Comes de forma menos saludable
- Has aumentado tu dosis de cafeína y/o nicotina
¿Te resulta familiar alguna de estas situaciones? Si se prolongan en el tiempo, deberías cuidarte y ponerle remedio.
¿Qué hábitos saludables puedes incorporar a tu vida?
- Reserva una parte de tu agenda para imprevistos
- Dedica un tiempo del día para ti
- Descansa (duerme al menos siete horas, y si es más mejor) y regálate momentos de descanso mental
- Dedica tiempo a la reflexión. ¿Eres consciente de lo que es importante para ti en tu vida? ¿Vives conforme a ello?
- Aprende a observar tus procesos mentales y corporales para no dejarte atrapar por ellos. Respecto a tu mente, observa tu diálogo interno o esa conversación que mantienes contigo mismo/a. Si tu mente es un comentarista incansable de aquello que te ha pasado o te va a pasar; acabas de detectar tu principal ladrón de energía y tiempo. Si lo observas podrás detectarlo y frenarlo
- ¿Pones todo tu empeño para hacer lo programado y más? Afloja tu nivel de exigencia contigo y con los resultados. No esperar nada o Mushotoku proveniente de la tradición budista, nos invita a desapegarnos de nuestras expectativas e interpretaciones. Aprende a ser más amable contigo. No siempre estás igual, ni tienes la misma energía o eres capaz de todo
- Aliméntate de forma equilibrada y practica algún deporte que te guste
Vivimos en una sociedad que demanda altas dosis de atención y con un alto nivel de incertidumbre. Para fluir en este contexto, necesitamos ser más flexibles y desprendernos de muchas expectativas. Ser más conscientes de nuestros valores o lo que es importante para nosotras/os, y vivir conforme a ellos nos hará más ligeros/as, más conscientes y más libres.
Cuídate, y gracias por leerme,
Beatriz Ruiz Vinué
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